Lectura.Social pone el énfasis en literatura de habla castellana, y hay que reconocer que en el fenómeno #solarpunk no hay muchos ejemplos de esto. De hecho, hay tan poco, que para cuando podamos hablar de un #solarpunk «hispano», igual el flujo de tendencias ya haya dejado atrás este fenómeno.
Pero algo que caracteriza al movimiento #solarpunk es que se inició al margen del ámbito anglosajón (concretamente, en Brasil), y que en sus principales manifestaciones mantiene un nivel de diversidad (también cultural y lingüística) que ya quisieran para sí otras tendencias. Por no hablar del hecho de que la literatura de ficción es solo una parte de este movimiento.
Esta lista intenta trazar una línea temporal que va desde los referentes que las propias autoras de #solarpunk sitúan en el inicio de su genealogía (por supuesto que Ursula K. Le Guin y Octavia E. Butler, pero también Kim Stanley Robinson, a …
Lectura.Social pone el énfasis en literatura de habla castellana, y hay que reconocer que en el fenómeno #solarpunk no hay muchos ejemplos de esto. De hecho, hay tan poco, que para cuando podamos hablar de un #solarpunk «hispano», igual el flujo de tendencias ya haya dejado atrás este fenómeno.
Pero algo que caracteriza al movimiento #solarpunk es que se inició al margen del ámbito anglosajón (concretamente, en Brasil), y que en sus principales manifestaciones mantiene un nivel de diversidad (también cultural y lingüística) que ya quisieran para sí otras tendencias. Por no hablar del hecho de que la literatura de ficción es solo una parte de este movimiento.
Esta lista intenta trazar una línea temporal que va desde los referentes que las propias autoras de #solarpunk sitúan en el inicio de su genealogía (por supuesto que Ursula K. Le Guin y Octavia E. Butler, pero también Kim Stanley Robinson, a quien la autora y editora Sarena Ulibarri ve como el referente más inmediato del #solarpunk); pasando por la fase de cuando «Solarpunk» era tan solo una antología publicada por Draco en Brasil de relatos que pretendían subvertir los cánones distópicos del cyberpunk, y cuando el término todavía rivalizaba con otras opciones, como «hipepunk», «ecopunk» (2013-2014); hasta el momento en el que la traducción al inglés de dicha antología y la publicación de The Solarpunk Manifesto (theanarchistlibrary.org/library/the-solarpunk-community-a-solarpunk-manifesto) llevan al movimiento al mainstream (2018 hasta el presente).
Por el camino, nos entretenemos también con obras de autoras «aliadas» como el mencionado KSR, pero también con trabajos en clave #solarpunk de Nnedi Okorafor o Becky Chambers. La intención es abrir el abanico sin llegar a entrar en el ámbito de la ficción climática «al uso».